sábado, 7 de junio de 2014

{ mini-fic. } You&I | A YulSic Story | Capítulo 1: Lunes.

Annyeong <3

Hoy vengo con el primer capítulo de mi primer mini-fic YulSic, You&I. Hace un tiempito que lo escribí pero ahora lo traigo para todo el que quiera leerlo :3 Espero que os guste y deseo poder traer el siguiente lo antes posible.




Me acerqué a aquella elegante mujer con paso firme aunque en realidad por dentro estaba temblando como un flan, ¿quién era ella? No podía ser la "amiga de la familia", pues era demasiado joven como para llevarse cercanamente con mi padre. Una vez estuve frente a ella ambas nos miramos directamente a los ojos, lo que me hizo sonrojar, pues tenía unos ojos realmente cautivadores.

-Supongo que tú eres Jung Soo Yeon- la alta mujer bajó el cartel que llevaba y sin más se puso unas enormes gafas de sol, ¿sería para que no la reconociesen o algo así? Al pensar en eso caí en la cuenta de que podría ser la hija de aquella "amiga"...Espera, ¡¿en serio que era ella?!

-Así es...Aunque prefiero que me llamen Jessica, ya sabes, mi nombre americano- sonreí de manera nerviosa mientras la observaba, si que se comportaba como una celebridad de verdad...

Cuando quise darme cuenta ya había comenzado a caminar, es más, me había sacado un buen trecho en muy poco tiempo, ¿cómo lo había echo? Llevaba tacones por lo que no podría correr mucho aunque quisiera. Sacudí la cabeza y la seguí lo más rápido que pude, lo rápido que me dejaron las maletas en realidad.

Salimos del aeropuerto realmente rápido, ni siquiera podía llegar a creerme que hubiésemos sido capaces de recorrerlo en tan poco tiempo. Una vez fuera miré a todas partes intentando encontrarla nuevamente, pues hacía un momento la había perdido completamente de vista y gracias a la multitud estaba a punto de perderme yo también. Por suerte conseguí hacerme un hueco y la vi apoyada en un coche negro, supongo que esperándome.

Tras salir de entre la multitud quedé justo delante de ella, tan cerca que no pude evitar sonrojarme nuevamente, aunque pareció que a ella más bien no le importó en absoluto nuestra cercanía, ¿estaría acostumbrada?

-Puedes quedarte en mi casa hasta que encuentres un piso decente- salí de mis pensamientos nada más escucharla.

-Oh, ¿en serio? Es muy amable por tu parte, de verdad que te lo agradezco- iba a mostrarle mi gratitud con una gran sonrisa acompañada de un gran abrazo pero cuando me quise dar cuenta ya había entrado en el coche.

Suspiré e hice exactamente lo mismo, quedando como su copiloto, y enseguida arrancó e iniciamos el viaje.

Mientras ella conducía yo me limitaba a mirar por la ventanilla, contemplando con gran asombro el paisaje, no recordaba que Seúl fuese así de preciosa... Disfrutaba como si fuese una niña pequeña cuando de repente, y sin venir a cuento, recordé que para poder encontrar piso necesitaría encontrar antes un trabajo. Esto va a ser más duro de lo que esperaba, seguro. Suspiré y me quedé mirando a la nada hasta que nuevamente se me vino una idea a la cabeza.

-Mi padre me contó que eres una diseñadora bastante reconocida por aquí- ni tan siquiera me miró pero por lo menos asintió ante mis palabras -Vaya, eso debe de ser duro, esto...- entonces caí en la cuenta de que todavía no me había dicho su nombre y comencé a sentirme intrigaba.

-Yuri, Yuri Kwon- así que ese era su nombre...Sonreí inconscientemente al escucharlo, era bastante bonito y me parecía que le pegaba.

-Muy bien Yuri, deja que me tome la libertad de llamarte por tu nombre. No quiero parecer una interesada, que en el fondo lo estoy siendo, pero he venido para formar parte del mundo de la moda así que...Creo que es el destino lo que nos ha unido- sonreí firmemente, para que no se riese de mí y me tomase en serio aunque lo primero no lo conseguí.

-Mi madre ya me comentó un poco ese tema- gracias por cotillear sobre mi vida privada con los demás papá, sin darme cuenta cambié mi sonrisa por un infantil puchero, lo que provocó otra risa por su parte. -No te preocupes, de echo estoy buscando una nueva becaria, pero no creas que te daré un trato especial, por el contrario, te exigiré más que al resto.

Asentí ante sus palabras, muchísimo más animada que hacía unos pocos segundos, con tan solo decir aquello ya me había convertido en la mujer más feliz de todo el planeta. Se lo agradecí con todas las palabras que se me ocurrieron hasta que al final llegamos hasta su casa, o al menos eso supuse pues paramos frente un bloque de apartamentos bastante lujoso.

Cuando salió del coche yo hice lo mismo, lo más rápido que pude teniendo en cuanta la velocidad a la que podía alejarse, ya lo había comprobado antes por lo que tenía que ser precavida y cuidadosa si no quería perderme.

Entramos en el edificio y me quedé asombrada con el magnífico vestíbulo, con los suelos tan relucientes que hasta podía ver mi reflejo, lleno de hermosa luz solar que entraba a través de unos preciosos ventanales adornados con mármol y detalles dorados. Intenté mostrarme tranquila ante la situación, mi casa tenía muy aspecto, uno bastante lujoso, pero ni de lejos se parecía a aquel lugar, sí que tiene que ganar dinero para poder permitirse algo así...

-Oye Jessica, ¿a qué estás esperando? ¡Vamos, tenemos trabajo que hacer!- cuando me llamó salí de mis pensamientos y fui corriendo hasta ella, que ya esperaba en el interior del ascensor, presionando un botón para evitar que las puertas se cerrasen hasta que yo entrase.

-Lo siento, me he dejado llevar un poco, supongo que así se siente el marcharse de casa- una vez estuve en el interior del ascensor las puertas acabaron cerrándose y nos dirigimos unas plantas más arriba, hasta la número nueve.

Nos mantuvimos en silencio durante el trayecto y una vez llegamos a nuestro destino salimos una detrás de la otra, dirigiéndonos esta vez hacia la derecha. Se trataba de un pasillo bastante largo por lo que supuse que vivirían allí muchas personas, sobretodo repartiendo el número de puertas que había contado en el número de plantas, será exclusivo y todo lo que tú quieras pero realmente hay mucha gente aquí...¿Serán todos personas influyentes y con dinero? Algo me decía que no tardaría demasiado en averiguarlo.

Finalmente nos detuvimos frente a una de las puertas y ella no tardó en sacar una llave e introducirla en la cerradura, al parecer ya habíamos llegado a su piso, lo que hizo que me entrasen los nervios de repente, aunque más bien la curiosidad me invadió.

-Te he preparado el cuarto de invitados, tiene baño propio así que no nos interrumpiremos la una a la otra- mientras me hablaba entramos y no pude evitar mirarlo todo con los ojos brillantes, era como si hubiese llegado al cielo.

El piso en si estaba muy bien pero lo que me enamoró de verdad fue ver un montón de hojas con diseños sobre la gran mesa del comedor y la mesilla del salón, además de poder contemplar algunos vestidos a medio terminar puestos sobre unos maniquíes, justo en el centro del gran recibidor.

-Vaya, esto es increíble...¿Seguro que no he muerto en algún momento y llegué a donde habitan los ángeles?- escuché como mi supuesta nueva amiga soltaba una pequeña risa pero casi no la presté atención, pues estaba realmente embobada con todo aquello.

-Me parece genial que te guste, sobretodo después de haberlo hecho yo, pero démonos prisa en dejar tus maletas en el cuarto, que tenemos que ir al estudio cuanto antes- al escuchar la palabra "estudio" la cara se me iluminó y fue corriendo a recoger mis maletas y a llevarlas al cuarto de invitados, siguiendo sus instrucciones al pie de la letra.

La habitación era preciosa, igual que el baño que la acompañaba, pero ahora mismo no tenía ganas de pararme a observarla con detenimiento, ya tendría toda la noche para hacerlo, ahora deseaba ir a ese estudio y comenzar a trabajar.

Sin perder más tiempo volvimos al parking privado que poseía el edificio, supongo que también tendrán garaje, por cuando llueva. Subimos rápido al coche y emprendimos el viaje, manteniéndome atenta al camino para así recordarlo lo mejor posible y ser capaz de ir yo sola próximamente.

Tras una media hora más o menos el coche se detuvo y enseguida salí de él, en serio que estaba ansiosa por saber como era aquel lugar celestial. Contemplé el gran edificio, parecía un edificio de oficinas cualquiera pero sabía que escondía un lugar mágico que tenía muchísimas ganas de visitar, es como si me estuviese llamando... Fui siguiendo a Yuri hasta otro ascensor y cuando presionó el botón de la décima planta mi entusiasmo aumentó.

-Espero que te muertes así de animada todos los días, vas a tener mucho trabajo que hacer- asentí con decisión mientras la miraba directamente a los ojos, estaba decidida a hacerlo todo lo mejor posible.

-Vas a ver lo buena que soy, te prometo que no te decepcionaré jefa- al ver como sonreía ante mis palabras no pude evitar imitarla, ahora sí que tenía una motivación completa.

Acabamos llegando a la planta correspondiente y nada más abrirse las puertas me encontré con una pequeña recepción desde la que se podía contemplar un revuelo general compuesto por un par de personas con muchos papeles, supuse que serían bocetos de futuros diseños. Intenté evitar mostrarme como una niña pequeña entrando en una tienda de caramelos por primera vez pero no fui capaz.

-Vamos, te presentaré a los demás y luego ya te diré lo que debes hacer- asentí nuevamente y seguí a Yuri desde bastante cerca, no quería perderme un solo detalle. -Un momento de atención por favor- cuando habló todos los que hacía un momento corrían de un lado a otro pararon, se nota que es la jefa y la respetan... -Esta de aquí es Jessica, la nueva becaria. Tratadla bien y ayudadla en todo lo que podáis durante los primeros días- sonreí a los que me miraban y les saludé con la mano, consiguiendo tan solo una imitación hacia mí.

Cuando todos volvieron al trabajo, Yuri me llevó a su despacho, supuse que con la intención de darme unas normas y seguidamente ponerme a trabajar. Tras unos minutos salí de allí, con una montaña de papales en mi poder, todos preparados para que los revisase y catalogase según lo requiriese. No es que fuese lo que me hubiese gustado hacer pero por algo se empieza por lo que me puse a trabajar enseguida, con el entusiasmo que había mostrado un poco antes.

Me había quedado en una mesa situada frente a un gran ventanal desde el que se podían contemplar tanto las hermosas vistas de la ciudad como el magnífico trabajo que los demás realizaban, ¿qué más podía pedir? Sonreí, agradeciendo mi suerte, y me puse manos a la obra.

Cuando quise darme cuenta todo se había despejado y la noche se había hecho con la ciudad, me sorprendí al levantar la cabeza y comprobarlo, ¿en serio ya acabó el día? Sí que se pasó rápido... Me estiré y observé la mesa, con todo bien organizado y sin rastro de aquella gran montaña de documentos con la que comencé, había trabajo duro y mi recompensa fue la satisfacción de haberlo conseguido en mi primer día.

-Vaya, lo has hecho muy bien Jessica- levanté la vista y me fijé en como Yuri me sonreía por lo que enseguida hice lo mismo.

-Te dije que iba a trabajar duro y con entusiasmo, y como no quería decepcionarte no podía ser menos- adopté una pose algo arrogante que me hizo reír sin darme cuenta. -Aunque ahora mataría por algo de cenar, en verdad me resultó duro.

-Muy bien, iremos a casa y te dejaré que me hagas la cena, es un gran honor con el que no honro a cualquiera- ella me miraba con una mueca de burla mientras que dirigí hacia ella una mirada fría y uno de mis pucheros de siempre.

-Tengo algo de veneno escondido en una de mis maletas, tan solo te digo eso- me levanté de mi asiento y pasó por su lado como si nada, intentando no unirme a ella en las risas.

No tardamos más de media hora en volver a aquel lujoso apartamento, después de todo nos dimos prisa pues parecía ser que ambas teníamos hambre. Nada más llegar fui a mi cuarto para ponerme un poco más cómoda antes de comenzar con la cena, haré la mejor cena del mundo y te dejaré sin palabras, ya verás, mi nuevo desafío me mantuvo animada en todo momento.

Preparé uno de mis platos de pasta favoritos bajo la atenta mirada de Yuri que me iba diciendo donde estaba cada cosa que iba necesitando según el siguiente paso de la receta familiar que estaba siguiendo mentalmente. Tras unos veinte minutos más o menos la cena estaba lista y entre las dos recogimos un poco el comedor para poder ponernos cómodas en la mesa y disfrutar de la comida.

Una vez estuvo todo listo nos sentamos y comimos con tranquilidad, por mi parte parando de vez en cuando para escuchar los elogios de Yuri que me hacían sonreír cada vez más. Mientras disfrutaba de la cena y de la compañía, al mismo tiempo observaba con un poco de más detenimiento el piso. Estaba bastante desordenado pero eso se arreglaba rápido, ya verás como pronto te pongo a limpiar, señorita desordenada.

-Estaba de muerte, no esperaba que pudieses cocinar algo tan bueno- parecía haberse quedado completamente satisfecha por lo que no podía sentirme más realizada.

-Hace nada que nos conocemos así que te aviso que estoy llena de sorpresas- mostré una mueca pícara a la que contestó con una pequeña risa, la verdad es que se veía realmente linda así...¿En serio que no me di cuenta hasta ahora? Sin darme cuenta mi mente se fue a otra parte, acabando con un sonrojo y sacudiendo la cabeza para dejar aquello a un lado.

Volví del todo a la realidad al escuchar como Yuri se levantaba de su asiento y llevaba los platos hasta la cocina. Me levanté también y la ayudé a preparar el lavavajillas. Mientras iba fijándome en ella, en prácticamente todo lo que iba haciendo y como iba reaccionando, genial Jessica, ahora eres una acosadora en toda regla...

-Esto es todo por hoy- me fijé en como se estiraba y bostezaba al mismo tiempo, justo entonces me di cuenta de lo cansada que estaba, sería más bien por el viaje que por otra cosa, o tal vez por haberme emocionado tanto, quién sabe. -Mañana te quiero despierta pronto, ¿estamos?- asentí enseguida, con una de mis grandes sonrisas.

-Te prometo que mañana daré el triple que hoy- después de un guió por mi parte me despedí con la mano y fui hasta mi dormitorio, con la intención de tirarme en la cama y poco más. Una vez estuve mirando al techo mi sonrisa volvió, sobretodo mientras recordaba lo que había conseguido durante aquel día.

Mañana será un nuevo y mejor día...Solo espera un poco más mamá, ya verás como consigo realizar mi sueño. Acabé cayendo rendida, aunque sin perder en ningún momento la sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario